JW44

Concepción del Uruguay

Entre Ríos, Argentina

Mi Casa

A mi Logia Madre en su 188 Aniversario,
21-10-2010.

Querida Logia

Hoy es un día de celebraciones. Celebramos la decisión de no aceptar el futuro sin vos. El tiempo la juzgará como un acierto o un fracaso. No te miento -prometí no hacerlo- si te digo que no me importa ese juicio. Pero también celebramos -lo que no es menos importante- tu voluntad de aceptar nuestra impertinencia en sacarte de tu largo descanso para cumplir nuestro sueño.

No sabías lo que significaba florecer en el mundo de la globalización, de la era tecnológica, de las computadoras, de las tele-conferencias, de las comunicaciones por telefonía celular.

Quienes te alimentaron en tu última experiencia no podían saber nada de esto. Ni siquiera pudieron agasajarte con la noticia de la presencia masónica en otros dominios del Gran Arquitecto.

Me pregunté una y otra vez que esperabas de los obreros del bien que te nutrían en los inicios de la década del sesenta y me pregunte cual sería la razón de aceptar -una vez más- renacer del desconsuelo, la vergüenza y el olvido.

Son tiempos difíciles estos, como también lo fueron aquellos, y aquellos otros. Sin embargo no fueron tus debilidades las que marcaron tropiezos en tu derrotero. Supiste perdonar las miserias humanas y te levantaste una y otra vez.

Día a día comencé a comprender que no esperabas algo diferente. Los tiempos no pasan para vos, los hombres sí.

Pero no vengo a recordar tu pasado, sino a preguntar sobre tu futuro. Y me pregunto si podría existir nuestra sociedad sin tu presencia, sin tu espíritu noble, forjador de prohombres que lentamente, pero sin pausa, constituyen el gérmen de la reconstrucción. Y te digo, querida Logia que no tendría sentido hoy nuestra ciudad sin vos, así como no tendría sentido el esfuerzo de cada uno de los que cobijaste a lo largo de tu existencia si solo nos limitaras a vivir el presente, olvidándonos de los que nos sucederán.

Cuando me invitaste a formar parte de vos asumí tu legado, acepté tu misión. Tus hijos de antaño dejaron huellas profundas que marcan rumbos y que entiendo debo encausar.

Estoy esperanzado en las proyecciones que reflejan hacia el futuro tu presente. Siento orgullo de pertenecer a vos. Siento necesidad de trabajar para darte el lugar que merecés.

Querida Logia no sabría que regalarte, por eso quiero homenajearte creándote un humilde verso que no pretende describir tus enorme cualidades sino expresar en él lo que mi corazón siente por vos. Dice así:


"Paredes sin sombreas, firmamento infinito
De cal, de cemento, de ordenado granito
Reservado esplendor de tus vestimentas
Noble el destino de tus herramientas
Respetuoso tumulto de armónicos ruidos
Cuadran labores en ordenado rito.
Broquel de recuerdos, disparador de emociones
Contenedor de tiempos y sensaciones
Todos en casa. Casa de todos, Mi Casa"